viernes, 11 de mayo de 2012

2. ¿A dónde nos vamos?


Bueno, cuando llega ese momento en el que ya lo tienes decidido, surge esa gran pregunta. Aja, pero ¿pa´ dónde? Comenzamos a mirar cerca, mirar lejos, leer testimonios, oír a otros, vivir lo de otros y pare Ud. de contar. 

Primera idea Australia: Pues no he escuchado nunca algo malo de alguien que se va a este país. Si bien es cierto, es un país formado por inmigrantes, queda leeeeeejos… muy lejos, tanto que hay como mil rutas para llegar. Una saliendo de Caracas-Argentina-Nueva Zelanda-Australia, otra por Chile, otra por Estados Unidos… en resumen mil rutas. Dicen que el inglés allá es un poco extraño, que hay mucho trabajo y muchas cosas. Para los que deseen realmente este destino, pueden ir leyendo e investigando en http://www.vivaenaustralia.com/, ahí puedes hacer hasta un test, luego te llaman y de verdad estarán interesados en llevarte, evidentemente hay que pagar todo el trámite (por eso el interés). Son aproximadamente 8 mil dólares.

Segunda idea Canadá: Destino soñado por muchos… cuentos cotidianos: poca gente mucho terreno, mucho carbón, necesitan gente, apenas llegas consigues trabajo (cuento chino), mucho frio, país ultra seguro… Sin embargo, tienen procesos de visado bastante fuertes. Si vas a Quebec el idioma es el francés, si no, ingles. Dicen que los canadienses están acostumbrados a los inmigrantes, hecho que hace al país muy atractivo para los que quieres sembrar fuera de su tierra. También existe en Venezuela una organización encargada de la tramitación de visas de trabajo y estudio en Canadá muy similar a la anterior. Pueden visitar http://www.sedav.com/.

Otras ideas: dentro de nuestra América Latina, existe un país ya desarrollado, Chile, también lo pensé, mucho le di vueltas a esto, busque todos los másteres posibles, analice muchos costos. Me gustaba la idea, además estaríamos cerquita, pero apareció Fundayacucho, proponiendo un concurso para estudios en el exterior con la república francesa. En ese instante saltaron las ilusiones. Luego escribiré sobre todo lo relativo a Fundayacucho en otra entrada, lo cierto es que al final, no logré obtener la beca, y quede con las ilusiones truncadas, pero ¿quién puede destruir tus poderosas pretensiones?

Más importante que la situación económica del país al que deseas inmigrar, que lo es, es sumamente importante que te guste su cultura y que desees formar parte de ese nuevo sistema. Francia que en un principio se veía un sueño muy alto, brindaba una gran ventaja, un nuevo idioma. El saldo será positivo siempre que ganes un idioma, te abres al mundo y la idea me agradaba. Además, como lo dije en mi primera entrada, tener familia en Francia me daba una plataforma importante, no por que piense en vivir de ellos (jejeje), conocer el país a dónde vas te ayuda a crear una idea de las cosas que puedes hacer para integrarte a la nueva sociedad. Francia posee un sistema educativo de primera e ir a estudiar algún máster en electricidad y en país creador de tecnologías era otro punto a favor. Por eso y otras cosas más, ganó Francia, debo hacer hincapié en que no fue una decisión producida por un estudio económico o migratorio de los mejores países para irte, no, fue algo de empatía.
Después de tomada una decisión, solo enfócate…

No hay comentarios:

Publicar un comentario